“La cuestión es que mi corazón se me iba, pero se me iba mucho. Se fue de la casa, salió del barrio, de la ciudad, se metió por el viejo cementerio, luego pasó por un chatarrero, luego otro sendero que se internaba dentro de un bosque y luego llegó a un recodo del río donde estaba el Puente de los Suspiros y ahí, mi corazón pues se encontraba con otro corazón y los dos corazones se recostaban en la baranda del Puente de los Suspiros a palpitar, a palpitar…”
Albert Pla