Aprendió a volar un día de golpe.
Y por un golpe.
Un golpe seco de golpe en la boca del estómago.
En el centro mismo de la tripa,
ya sabes, donde no puedes más que doblarte y aguantar.
La lanzó disparada por los aires.
Como un gancho de boxeador que viene de abajo.
De golpe.
¿Y qué se siente al volar?
No lo sé
aún no ha caído.
Sigue allí arriba.
Ya nos lo contará.
eme