A esconderte o a mostrarte mucho.
Ese cuidado de cuidarte tanto para acabar narrando tu historia,
tu verdad con pelos y señales a un desconocido.
tu verdad con pelos y señales a un desconocido.
Esas ganas de huir, de salir corriendo cuando alguien muestra que empieza a conocerte,
aunque no te reveles.
aunque no te reveles.
Ese vértigo de quedarte.
Esa indomable sed de alguien y de no estar con nadie.
De envolver las caricias en palabras.
Esas ganas de cambiar sin renunciar a nada.
Esa hambre de imposibles.
¿cómo pensar en esa confusión contradictoria?
Es verdad, es mentira, está bien y está mal y no hay salida.
Nada que hacer. Tómate un vaso de agua.
Tratado de culinaria para mujeres tristes - H.A. Faciolince
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