“Caminamos despacio, casi como insinuando que deseamos ser atrapados. Caminamos a veces con miedo, caminamos descalzos. Cerramos los ojos y sentimos el viento, alzamos las manos y tocamos el sol. Caminamos aunque a veces pensamos que estamos quietos y avanzamos a nuestro propio ritmo reconociendo cosas que los demás creen conocer. Caminamos queriendo volar, miramos al cielo y envidiamos a las aves, tan graciosas desplegando sus alas sobre el cielo que las acuna amoroso y hasta les regala viento. Las impulsa a ir cada vez más alto y más alto hasta hacer piruetas en el vacío y ellas se entregan al placer de ser libres. Es un romance tan efímero que se vuelve eterno tras cada aleteo. Por eso te digo, me estoy poniendo azul para que cualquier día me confundas con cielo y despliegues tus alas en mi. Deja de caminar y vuela conmigo.”
Mercedes Reyes Arteaga
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