En 2007 murió su mujer Thea Spyer, con quien había mantenido una relación durante casi 50 años, y el fisco estadounidense paso a reclamarle 363.053 dólares en impuestos por las dos propiedades que tenían en común. El motivo de esta cantidad es que ambas se habían casado en Canadá y Estados Unidos no reconocía los matrimonios del mismo sexo, mientras que si se hubiera tratado de una pareja heterosexual no habría tenido que pagar nada ni un dólar por la herencia.
Ante tal injusticia y discriminación Edie demandó a Estados Unidos. Y ganó.
Después de una larga batalla legal y de que su caso llegara hasta el Tribunal Supremo, Edie Windsor ganó la demanda y tuvieron que devolverle los todos impuestos que pagó. Pero lo más importante, logró cambiar el curso de la historia LGTB en Estados Unidos llevando al Supremo a reconocer los derechos de las parejas homosexuales americanas que pasan a recibir el mismo trato que los heterosexuales en cuestiones de impuestos, herencias, pensiones o inmigración.
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