Tengo una gran esperanza en las generaciones que vienen, como mi hija y sus compañeros de clase, son mucho más sensibles con el lenguaje.
Hay que ser muy estúpido para usar la palabra marica como un insulto. Afortunadamente el lenguaje puede cambiar el mundo y describir la idiotez.
Y si no puede cambiar el mundo, por lo menos puede desnudar al idiota.
Sofía Castañón
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